Otra Canción Desesperada Songtext
En esta casa se queman mis días,
y las paredes me cortan el paso.
Al fondo yace mi cama vacía,
este silencio me invita a recordar.
Ese reflejo me deja callado,
nunca me encuentro muy bien a mi lado.
La soledad se apresura serena,
y sin quererla me besa.
y las paredes me cortan el paso.
Al fondo yace mi cama vacía,
este silencio me invita a recordar.
Ese reflejo me deja callado,
nunca me encuentro muy bien a mi lado.
La soledad se apresura serena,
y sin quererla me besa.
Vuelo alto aunque no estés,
desaparece el huracán,
dejaste huellas que no dejo de encontrar.
De un beso que murió al nacer,
quedaron duelos que gritar,
para volvernos a encontrar.
Se ve desnuda mi cara sombría,
cuando apareces con fuego en tus manos,
desaparece el sudor que me enfría,
y me estremezco en tu soledad.
Y ahora,
embisto como el viento de un ciclón,
enamorado de hacer mi revolución,
no tengo nada que perder,
porqué la mierda que tragué,
se desvanece con mi voz.
Y es que el temblor, que me hiere, que desangra, que remueve,
que es lo mismo que me hace sentir vivo
cuando escribo otra canción desesperada
y me recuerda lo que soy.
Vuelo alto aunque no estés,
desaparece el huracán,
dejaste huellas que no dejo de encontrar.
De un beso que murió al nacer,
quedaron duelos que gritar,
para volvernos a encontrar.
Y a la madrugada me van a retar,
retales de una historia que está por contar,
con tantas caricias que me salvan siempre de un relato roto.
Me queman las pupilas de verme volar,
y el suelo no es lugar para mi caminar,
huyendo del ropaje de nogal que guardará mis huesos.
Vuelo alto aunque no estés,
desaparece el huracán,
dejaste huellas que no dejo de encontrar.
De un beso que murió al nacer,
quedaron duelos que gritar,
para volvernos a encontrar. (x2)
(Gracias a Francisco por esta letra)
desaparece el huracán,
dejaste huellas que no dejo de encontrar.
De un beso que murió al nacer,
quedaron duelos que gritar,
para volvernos a encontrar.
Se ve desnuda mi cara sombría,
cuando apareces con fuego en tus manos,
desaparece el sudor que me enfría,
y me estremezco en tu soledad.
Y ahora,
embisto como el viento de un ciclón,
enamorado de hacer mi revolución,
no tengo nada que perder,
porqué la mierda que tragué,
se desvanece con mi voz.
Y es que el temblor, que me hiere, que desangra, que remueve,
que es lo mismo que me hace sentir vivo
cuando escribo otra canción desesperada
y me recuerda lo que soy.
Vuelo alto aunque no estés,
desaparece el huracán,
dejaste huellas que no dejo de encontrar.
De un beso que murió al nacer,
quedaron duelos que gritar,
para volvernos a encontrar.
Y a la madrugada me van a retar,
retales de una historia que está por contar,
con tantas caricias que me salvan siempre de un relato roto.
Me queman las pupilas de verme volar,
y el suelo no es lugar para mi caminar,
huyendo del ropaje de nogal que guardará mis huesos.
Vuelo alto aunque no estés,
desaparece el huracán,
dejaste huellas que no dejo de encontrar.
De un beso que murió al nacer,
quedaron duelos que gritar,
para volvernos a encontrar. (x2)
(Gracias a Francisco por esta letra)